miércoles, 12 de octubre de 2011

PERFECCIONAR EL REPUJADO EN LA TARJETERÍA ESPAÑOLA O MISIONERA


Así queda después de calcada 

Le paso parafina por el revés para que los repujadores resbalen.
Para quitar la cera que queda adherida al papel vegetal se moja un paño de algodón con
una gota de aceite Jhonson y se rebaña todo muy bien, pasando varias veces después el paño de algodón limpio del todo para eliminar todo resto de aceite. Si se quita bien no queda ninguna mancha y si has puesto el dedo manchado en algún sitio échale polvos de talco y déjalo un rato, luego cepíllalo con un pincel o sóplalo y limpias la tarjeta con un paño bien limpio y con cuidado de no estropear nada.



Después de varias capas y tres días de trabajo: voilà!







Tarjeta en proceso de elaboración. Le falta el tercer paso de repujar la cuarta parte
y terminar definiéndola con el repujador de bola pequeña. Después habría que borrarle los bordes de lápiz blanco del dibujo con dorso oil y un desmaquillador; si os fijáis se ve perfectamente que están marcados los perfiles del dibujo. El borde de la tarjeta también está a lápiz blanco,
hay que repujarlo y adornarlo. Cuando la termine os pongo el resultado.

Es una tarjeta con muchísimo trabajo pero queda preciosa y merece la pena.






A este trabajo acabado le falta el marco.
Cuando lo haga lo pondré ya completo.
La haré con la rejilla.

TODOS ESTOS MODELOS (SALVO EL DE ARRIBA DEL TODO) LOS HICE A PARTIR  DEL MAGNÍFICO LIBRO DE THE EMBOSSING  ART DE KANNIKAR SUKSEREE. ES UNA AUTÉNTICA ARTISTA EN EL ARTE DE LA TARJETERÍA EN PERGAMINO Y TODOS SUS LIBROS Y DVD SON UNA MARAVILLA Y UNA FUENTE DE INSPIRACIÓN. DESDE AQUÍ MI AGRADECIMIENTO AUNQUE NO LA CONOZCA PERSONALMENTE PUES HA SIDO EL ÚNICO MEDIO QUE HE USADO PARA APRENDER A REPUJAR, PORQUE SOY AUTODIDACTA.
Cuando llevamos un tiempo elaborando con cariño nuestras tarjetas acabamos por darnos cuenta de que hay auténticas artistas del repujado y que sombrean maravillosamente flores, ramos u otros dibujos, dándoles una gran vistosidad y apareciendo ante nuestros ojos como en tres dimensiones. La versatilidad del papel es tal que a través del repujado el color pasa del gris al blanco dejando una amplia gama de grises que, bien, administrados, son los que dan sensación de profundidad y de dimensión.
Voy a intentar dar alguna lección de esto que a muchas les resulta difícil de entender, pero que no exige más que la puesta en práctica, aprovechando muchos trozos de papel vegetal sobrante para ejercitarse.
En principio el repujado puede dividirse en relleno total y sombreado más complejo.
El relleno total se hace sobre todo en flores pequeñas, hojitas y superficies de pequeño tamaño. La técnica no es tan fácil como simplemente rellenar. Sea un círculo a repujar, una tira estrecha o cualquier otra forma, se sigue un orden y se utilizan diferentes tamaños de repujador: lo primero que hay que hacer es pasar con el repujador fino del todo sobre todas las rayas de los dibujos pequeños; para rellenar un pequeño espacio se usa un repujador de bola extrapequeña y se repuja de abajo-arriba-abajo hasta acabar la superficie total; se comienza con espacio pequeño del dibujo y así sucesivamente hasta terminar con todos. No se trata de apretar para poner blanco el papel pues necesita tiempo para darse de sí y adaptarse a la nueva forma que le hemos dado al repujar. Se espera un rato y de nuevo con el mismo repujador se hace lo mismo pero en sentido horizontal respecto al anterior repujado, cambiamos de posición el papel y rellenamos esta vez de la misma manera pero completando los pequeños huecos de sombra que dejamos en la ocasión anterior. Se hace lo mismo con todos los espacios y se vuelve a esperar un rato. Finalmente se coge un repujador de bola un poco más grande y se repuja para acabar de rellenar y de darle volumen, teniendo cuidado de no salirse de la raya repujada con el más fino de todos. Estos dibujos pequeños es conveniente hacerlos a tinta blanca o con bolígrafo blanco, ya que el repujado hace desaparecer prácticamente las líneas. El relleno total tiene mucho volumen y pasando el dedo por encima se nota perfectamente; el papel queda completamente blanco, salvo si nuestra intención es solo ponerlo gris más claro.

Libro de diseños de todo tipo

He calcado con bolígrafo blanco, también se puede con tinta blanca.

He repujado con el repujador de bolita pequeña

Con un repujador más grueso he rellenado en una dirección.

Relleno en la otra dirección, completando huecos.

Con bola más gruesa relleno del todo dando más volumen.
Repujadores de bola de diferentes tamaños.

El sombreado complejo exige más concentración y perfección, más tiempo, más detalle, más observación... Se tiene en cuenta de dónde procede la luz y las luces como las sombras se corresponden perfectamente con esa fuente de luminosidad. Se tienen presentes las partes que están por encima y las partes que están situadas debajo de ellas y que reciben sombra y menos luz, por lo que hay que darles una tonalidad diferente a los espacios que reciben luz plena. Si pensamos en una flor no todos los pétalos están a la misma altura, sino que algunos quedan por debajo en alguna de sus partes; algunas hojas se ve claramente que reciben luz, en cambio otras quedan muy por debajo o por detrás del plano principal, con lo cual van a recibir menos luz y van a quedar menos definidas.
Es cuestión de mirar muchas flores en nuestro patio o en los jardines públicos y con la práctica se acaba por sombrear bien. Se dibuja el modelo con un lápiz blanco que es posible borrar al final eliminándolo del todo con un círculo de algodón desmaquillante y dorso pergamano; en este caso NO USAR JAMÁS tinta blanca o bolígrafo blanco porque el sombreado no es pleno y se verá en las partes suavemente sombreadas, con lo cual la impresión de tres dimensiones se perderá, así como el volumen y la perspectiva. Algunos prefieren hacer el repujado directamente sobre el papel vegetal y este encima del patrón, en los contornos sobresalientes sin valerse del lápiz blanco; en este caso el dibujo sale al contrario que en el modelo.
Lo primero que hay que hacer es pasar el repujador de la bola más pequeña por las líneas de las zonas más cerca del espectador, las vueltas de pétalos y hojas, ... en un recorrido de ahora paso por aquí-ahora no; un criterio para saber dónde pasar la bolita es pensar qué espacios van a ser los más blancos. Mejor hacer de menos que de más porque lo repujado con bola pequeña no tiene arreglo: queda para los restos (en cambio con otras bolas más grandes es más fácil disimular los errores).



Patrón para repujar o pintar.

Se calca con lápiz blanco para borrar después.
Se repujan las 3/4 partes con sombreador ancho.

La norma general es repujar suavemente con una bola (normalmente una bola gordita que no haga rayas al repujar sino sombra), del tamaño adaptado al espacio a repujar el pétalo la hoja... en sus 3/4 partes; suavemente no significa que no se note que has pasado la bola, al contrario, se tiene que notar pero no tiene que ponerse el papel blanco ni mucho menos (recuerdo que el modo de repujar es como si encendiéramos un fósforo, las líneas de repujado nunca deben quedar todas a la misma altura porque resulta antinatural). Se hace lo mismo con todos los espacios teniendo en consideración si son pétalos, hojas, tallos... porque cada uno tiene su modo de repujarse (las hojas tienes nervios centrales y laterales, los pétalos a veces tienen partes de diferentes longitudes, los tallos suelen estar siempre en segundo o tercer plano). Se dejan sin sombrear las partes que vamos viendo que no reciben luz y los nervios de petalos y hojas (aunque estén pasados a lápiz). 
Se deja reposar para que las fibras del papel se adapten al moldeado que le hemos hecho. Cuando pasa un rato (media hora o tres cuartos, mejor si es más tiempo) se repuja con otra bola un poco más pequeña, también suavemente pero esta vez solo hasta la mitad del espacio. Se vuelve a reposar. Si después de un tiempo vemos que está demasiado gris todavía se repite la operación desde el principio para darle más intensidad al color del papel y siempre suavemente (a veces puede dar la impresión de que cuando lo dejamos a reposar estaba más blanco que cuando hemos vuelto a seguir el trabajo, es normal porque las fibras se van acomodando). Si tenemos prisa y apretamos con demasiada fuerza, el trabajo queda ondulado y es muy difícil de arreglar por no decir imposible, de modo que para este paso del repujado hay que tener mucha paciencia y concentración. Se tienen que notar las partes donde da luz plena de las partes atrasadas en el plano, que son más sombrías.

Se ha repujado con sombreador más estrecho la mitad.

Sombreadores. Se puede hacer igualomente con las bolas o con el palo de hockey.
Finalmente, con una bola más pequeña (nunca la fina del todo ni la muy pequeña casi nunca) que la anterior se repuja suavemente, ahora la cuarta parte. Fijémonos bien por el derecho si tienen suficiente luz o queda aún muy desvaído y poco definido. En este caso repetir procesos siempre suavemente.
Aún falta el final: para acabar de definir se pasa de nuevo la bola más pequeña como al principio; esto le da mucha limpieza y concreción al trabajo. Recuerdo que es solo en algunas partes, precisamente en aquellas líneas cuyos espacios son los más repujados, más blancos.

Terminada la fase tercera de 1/4 y definido con bolita pequeña.

En casos especiales hay que repujar plumas, lana de oveja y otras texturas... es cuestión de probar en un papel pequeño. En el caso de los corazones de flores se hacen muy bien con el repujador mas fino punteando por la parte de atrás con cuidado de no perforar el papel y casi nunca se puntea todo el espacio sino alrededor o en un lado o en la parte central.
Durante todo el proceso de repujado he estado hablando de bolas y diferentes tamaños, pero los sombreadores con sus tres tamaños y el stick hockey hacen exactamente el mismo papel. La cuestión es ir aprendiendo a usarlos todos y ver cuál es mejor para una cosa u otra, pero no es necesario tenerlos todos.

Finalmente se borra el lápiz blanco con aceite dorso
y un desmaquillador.