viernes, 15 de enero de 2010

LOS MATERIALES QUE USAMOS HOY EN TARJETERÍA

Papel pergamino

El que hoy se fabrica no creo que tenga mucho que ver con el que usaban cuando se originó este arte. Se trata de papel vegetal maleable por ambas caras, que resulta muy fácil de trabajar perforándolo, repujándolo o pintándolo. Es delicado porque cualquier doblez o arruguita que se le haga se le marca para los restos y afea la labor. Es un poco satinado normalmente aunque hay algunos papeles bastante ásperos que te ponen los dientes largos al trabajar en ellos. El tono del papel es grisáceo aunque yo he conseguido uno muy blanco que seguramente está tratado con cloros; las tarjetas quedan preciosas también muy blancas, pero no es el papel original y es más difícil de trabajar con los repujadores y con el color por la parte de atrás porque son más opacos.

En las papelerías es imposible encontrarlo del gramaje adecuado para elaborar tarjetas que es de 145 gr./metro cuadrado como mínimo. Se comercializa y es fácil de encontrar el de 90 gr. pero solo sirve de complemento para insertar tres dimensiones o en medio de la tarjeta; se puede imprimir sobre él y es un buen apoyo para las que no saben dibujar pues cualquier impresión puede sustituir los tradicionales dibujos artesanales. Incluso se venden los llamados papeles vellum con los dibujos y todo: motivos de Navidad, infantiles, flores, tiernos gatitos y perritos, ositos... Están bien. También los hay de colores y proporcionan un efecto bello en tarjetas completamente artesanales. Son bastantes caros los comercializados; los que se imprimen en casa resultan muy económicos porque el papel cunde bastante. Más popularizados con los cuadernillos de papel vellum con motivos diversos: estrellitas para Navidad, gotas de agua, nubes, girasoles, hojas otoñales... es fácil encontrarlos en internet y en alguna papelería especializada o tienda de trabajos manuales. No son especialmente baratos pero son muy prácticos. También hay cuadernos cuyo fondo es la gama de colores del arco iris con una cierta anchura cada color de modo que en una tarjeta solo entran como tres colores. Se pueden colocar en horizontal, vertical o inclinado.

El papel de 145 gr. para mí resulta demasiado fino aún. El que yo utilizo es el de 185 y para labores en tres dimensiones el de 200 ó 230 gramos. Lo hay también de 160 gr. y de 150 gr. que es el que usa la marca Pergamano. Es cuestión de ingenio conseguirlo muy barato y yo lo compro en almacén en grandes cantidades que me vienen a durar tres o cuatro años. Son paquetes de pliegos de 90 por 60. Con cada uno de los pliegos puedo llegar a hacer entre 7 y 9 tarjetas dependiendo del tamaño. Si se trata de marcapáginas entonces sí que compensa más. Adquirido de esta forma resulta muy económico y hasta puedes compartir material con más gente para abaratarlo aún más. Si se quiere economizar hay que comprarlo en paquetes así porque en almacén no te venden al por menor.

Hay marcas que comercializan el papel pergamino en pequeños paquetes de A4 y A3, de 150 y 160 gramos pero resulta extremadamente caro y cuando se trata de hacer trabajos de tamaño grande no te alcanzan las medidas. Vienen normalmente 10 hojas. Por el precio del paquete de A4 que puede dar para 10 tarjetas justas hago yo con el papel que compro entre 45 y 50, ¡casi nada! Las mismas marcas comercializan papel vegetal de colores también en ese tamaño y ya el precio se sube por las nubes, lo mismo que si tienes la suerte de encontrarlos en alguna papelería. Estos papeles de colores son muy bonitos y los trabajos resultan muy atractivos cuando se sabe compaginar los tonos y el repujado. Más adelante veremos cómo podemos cambiar el color del papel pergamino grisáceo.


Para intercalar en medio de la tarjeta ya elaborada hay muchos tipos de papel en el mercado: desde el vellum al que aludo arriba, hasta la simple cartulina que la hay de muchísimos colores, pasando por cartulinas más gruesas con los mismos motivos que el papel vellum, papeles con mezcla de hilos, hojas secas,... en tiendas de trabajos manuales o papelerías especializadas hay de todo. Incluso el papel de regalo resulta estupendo dependiendo del dibujo y el color que tenga.
Para complementar tarjetas (aunque ya dejan de ser realmente arte de tarjetería española) para niños, adolescentes o celebraciones importantes... hay muchos recursos: el tradicional cromo con el que jugábamos de pequeñas con muchos temas y que resultan económicos, los stikers que se venden en los chinos aunque son más finos en tiendas o en grandes almacenes (de bebés, deportes, temas para jovencitas, animales, cumpleaños, navidad...), cintas de colores, campanitas, perlas de todo tipo, cascabeles, cordones dorados... aquí la originalidad y la imaginación son los protagonistas.