domingo, 17 de enero de 2010

MIS TARJETAS

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¿DÓNDE ESTÁ EL ORIGEN DE LA TARJETERÍA ESPAÑOLA?

Su origen se remonta hasta finales de la Edad Media y comienzos del Renacimiento en los conventos de monjas de clausura que usaban del pergamino para elaborar sencillas tarjetas que conmemoraban las fiestas litúrgicas, aniversarios, profesiones, ... todo dentro del ámbito del mundo religioso, aunque seguramente también las obsequiaban a sus familias, a sus benefactores... Sus instrumentos muy elementales eran las agujas y cabezas de alfileres, punzones, acericos, tijeras...
En esas tarjetas dibujaban, ora torpemente, ora con cierta técnica, los símbolos propios de la liturgia y las fiestas aprovechando también para repujar ese papel maleable que se prestaba a ser recreado. Los bordados de sus mantelerías y lienzos y los dibujos de sus paños de ganchillo pasaron a ser miniados en la tarjeta y la llenaron de lo cotidiano para celebrar lo extraordinario.
Con la siempre cuestionada colonización de las Indias este arte atravesó el Atlántico y habitó las tierras de América y se extendió y proliferó enriqueciéndose a lo largo de siglos y se popularizo exclaustrándose definitivamente. La tarjetería fue aprovechada especialmente por las clases más humildes que no disponían de medios para imprimir tarjetas o comprarlas cuando celebraban algún acontecimiento familiar significativo.
Con el paso del tiempo en España la tarjetería quedó relegada al olvido hasta el punto de que hoy en día ni en los conventos tienen una memoria histórica de ese trabajo artesano y en la mayor parte de ellos no han oído ni siquiera hablar de tal cosa, aunque siguen haciendo tarjetitas rudimentarias sin saber su trascendencia.
En Colombia y Brasil fue donde más se desarrolló pasando de madres a hijas y de abuelas a nietas, incluso se ha llegado a enseñar en la escuela y en esos países mucha gente conoce la técnica. A finales de los años ochenta, gracias a una señora colombiana que vino a vivir a Holanda por motivos familiares, comenzó a extenderse el conocimiento de este hobby centenario y a día de hoy son miles y miles las personas que dedican mucho tiempo a la elaboración de tarjetas en todo el mundo. En España es poco conocido pero hay zonas donde sí hay más seguimiento, por ejemplo en alicante, donde reside la Coordinadora de Pergamano para España, Gloria Cecilia Jiménez (dispone de una bien surtida tienda de papeles y materiales para distintas manualidades, entre ellas la tarjetería en pergamino,; el establecimiento se llama Crea y Disfruta y tiene su página web para comprar on line).
La pena de este hobby es que se ha convertido en un trabajo manual de élite y se ha encarecido mucho por la especialización y multiplicación de sus instrumentos de trabajo y materiales. Se trata de un hobby de ricos por el precio y por la dificultad de encontrar todo lo necesario para dedicarse a ello: el 75% de mis compras debo hacerlas por internet en comerciales de Inglaterra y Francia. Ciertamente atienden muy bien, todo hay que decirlo. Es España hay muy pocos puntos de venta de materiales para esta manualidad y en ocasiones son escasos y hasta obsoletos. Tengo la experiencia de haber visitado un buen número de tiendas de manualidades y no han oído jamás hablar de la tarjetería española, algunos se han mostrado claramente escépticos respecto al tema (supongo que por ignorancia).

sábado, 16 de enero de 2010

CÓMO SABER SOBRE TARJETERÍA ESPAÑOLA

En la red hay muchísimo donde aprender. Páginas hay de todo tipo: desde meramente comerciales donde solo te dan un aperitivo para que acabes comprando el menú completo, hasta revistas y libros donde encontrar todo lujo de detalles para acabar siendo una artista consagrada, pasando por preciosas tarjetas que cuelga la gente en internet, patrones sin ningún tipo de instrucción acompañados por la tarjeta ya terminada que puede darte una orientación, blogs a millares donde la mayor parte de sus titulares ponen los dientes largos con unas galerías de tarjetas extraordinarias, un apartadillo de tarjetas gratis (algunas francamente malas y otras muy hermosas), una invitación a comprar tarjetas, un listado de links y otros blogs y páginas varias... pero muy escasos son los sitios donde realmente quieren provocarte la adicción a la tarjetería con explicaciones amplias, sugerentes, con emoción,... donde con pelos y señales te enseñen las diferentes técnicas, con trucos del propio bloguero (bloguera casi siempre), con aportaciones desinteresadas de ideas para mejorar el arte, con palabras de ánimo y entusiasmo para los noveles que se desesperan porque sus tarjetas distan mucho de parecerse a las que ve en la pantalla de su ordenador, por más que se empeñe pues no hay nadie que le guíe en su camino de iniciación.
Publicaciones españolas no conozco ninguna, aunque sí en castellano de América: revistas muy buenas, completas, cercanas, entrañables, llenas de vida y de color y fiesta. Libros hay muchos: la mayoría editados en Holanda en inglés; revistas con sus escasos cuatro o seis patrones con instrucciones a medias en varias lenguas y complicadas de conseguir; otras más generosas con muchos patrones, instrucciones, trucos, técnicas... a un buen precio pero en inglés (yo, de leerlas, he aprendido a saber lo que quieren decirme con su galimatías). La marca Pergamano tiene bastantes publicaciones muy hermosas.
¿Personas que te enseñen con el único interés de legarte un arte minoritario que amas con locura? Conozco a Claire, Lady Manita; ella me ha dado unos cuantos buenos consejos, pero estamos tan lejos una de otra que ya la he invitado para que venga a Sevilla: yo le sirvo de guía y ella de maestra de tarjetería. En la página de Pergamano está la posibilidad de encontrar profesoras cerca de quien las requiera pero no siempre hay. Aquí en España no hay más que tres. Si eres novata del todo creo que se puede aprender todo de ellas y si ya sabes algo seguramente hay mil cosas que debes perfeccionar, corregir, eliminar y añadir a la lista para hacer de ahora en adelante. Si crees que ya tienes un cierta perfección técnica puedes intentar hacerte profesora para tener una base aceptable a la hora de enseñar a otros.
Yo he aprendido sola y a trompicones y he tenido la oportunidad de enseñar a un grupo de nueve mujeres. Les cuento todos los secretos ancestrales, todas las artimañas para mejorar las tarjetas, todas las técnicas que he aprendido con libros y las que me he inventado a falta de ellos... les hablo de la tarjetería como si hablara de la hija de mi sangre porque en verdad la he parido sola sin nadie al lado y por eso la amo desde las entrañas. Y a las tarjetas las mimo, las acaricio, las abrazo, las beso... como creaturas que amaso con mis manos. De donde más se aprende sobre esta creación en pergamino es desde la pasión por ella. De todos modos me siento muy limitada y tengo un tope hasta dónde enseñarles este arte, por eso quiero saber más. De todos modos ser autodidacta retrasa mucho el aprendizaje de las técnicas y es preferible un guía que te haga pasar por el rito de iniciación y acompañamiento.
En Youtube hay muchos vídeos sobre el calcado, repujado, picado, pintura... hay que buscar por esas palabras otras similares que tengan que ver con esta manualidad. Si os descargáis el programa Picasa3 de Softonic podéis encontrar cientos de revistas y libros que sirven para daros una idea, pero os recomiendo tener los libros y revistas originales: hay mucha diferencia. Los patrones de los libros y revistas hay que fotocopiarlos para no estropear los originales pues hay que picarlos casi siempre, procurad siempre ser ecológicas y aprovechad folios ya usados por una cara para fotocopiar los patrones: la naturaleza os lo agradecerá.

MÁS TARJETAS







viernes, 15 de enero de 2010

LOS MATERIALES QUE USAMOS HOY EN TARJETERÍA

Papel pergamino

El que hoy se fabrica no creo que tenga mucho que ver con el que usaban cuando se originó este arte. Se trata de papel vegetal maleable por ambas caras, que resulta muy fácil de trabajar perforándolo, repujándolo o pintándolo. Es delicado porque cualquier doblez o arruguita que se le haga se le marca para los restos y afea la labor. Es un poco satinado normalmente aunque hay algunos papeles bastante ásperos que te ponen los dientes largos al trabajar en ellos. El tono del papel es grisáceo aunque yo he conseguido uno muy blanco que seguramente está tratado con cloros; las tarjetas quedan preciosas también muy blancas, pero no es el papel original y es más difícil de trabajar con los repujadores y con el color por la parte de atrás porque son más opacos.

En las papelerías es imposible encontrarlo del gramaje adecuado para elaborar tarjetas que es de 145 gr./metro cuadrado como mínimo. Se comercializa y es fácil de encontrar el de 90 gr. pero solo sirve de complemento para insertar tres dimensiones o en medio de la tarjeta; se puede imprimir sobre él y es un buen apoyo para las que no saben dibujar pues cualquier impresión puede sustituir los tradicionales dibujos artesanales. Incluso se venden los llamados papeles vellum con los dibujos y todo: motivos de Navidad, infantiles, flores, tiernos gatitos y perritos, ositos... Están bien. También los hay de colores y proporcionan un efecto bello en tarjetas completamente artesanales. Son bastantes caros los comercializados; los que se imprimen en casa resultan muy económicos porque el papel cunde bastante. Más popularizados con los cuadernillos de papel vellum con motivos diversos: estrellitas para Navidad, gotas de agua, nubes, girasoles, hojas otoñales... es fácil encontrarlos en internet y en alguna papelería especializada o tienda de trabajos manuales. No son especialmente baratos pero son muy prácticos. También hay cuadernos cuyo fondo es la gama de colores del arco iris con una cierta anchura cada color de modo que en una tarjeta solo entran como tres colores. Se pueden colocar en horizontal, vertical o inclinado.

El papel de 145 gr. para mí resulta demasiado fino aún. El que yo utilizo es el de 185 y para labores en tres dimensiones el de 200 ó 230 gramos. Lo hay también de 160 gr. y de 150 gr. que es el que usa la marca Pergamano. Es cuestión de ingenio conseguirlo muy barato y yo lo compro en almacén en grandes cantidades que me vienen a durar tres o cuatro años. Son paquetes de pliegos de 90 por 60. Con cada uno de los pliegos puedo llegar a hacer entre 7 y 9 tarjetas dependiendo del tamaño. Si se trata de marcapáginas entonces sí que compensa más. Adquirido de esta forma resulta muy económico y hasta puedes compartir material con más gente para abaratarlo aún más. Si se quiere economizar hay que comprarlo en paquetes así porque en almacén no te venden al por menor.

Hay marcas que comercializan el papel pergamino en pequeños paquetes de A4 y A3, de 150 y 160 gramos pero resulta extremadamente caro y cuando se trata de hacer trabajos de tamaño grande no te alcanzan las medidas. Vienen normalmente 10 hojas. Por el precio del paquete de A4 que puede dar para 10 tarjetas justas hago yo con el papel que compro entre 45 y 50, ¡casi nada! Las mismas marcas comercializan papel vegetal de colores también en ese tamaño y ya el precio se sube por las nubes, lo mismo que si tienes la suerte de encontrarlos en alguna papelería. Estos papeles de colores son muy bonitos y los trabajos resultan muy atractivos cuando se sabe compaginar los tonos y el repujado. Más adelante veremos cómo podemos cambiar el color del papel pergamino grisáceo.


Para intercalar en medio de la tarjeta ya elaborada hay muchos tipos de papel en el mercado: desde el vellum al que aludo arriba, hasta la simple cartulina que la hay de muchísimos colores, pasando por cartulinas más gruesas con los mismos motivos que el papel vellum, papeles con mezcla de hilos, hojas secas,... en tiendas de trabajos manuales o papelerías especializadas hay de todo. Incluso el papel de regalo resulta estupendo dependiendo del dibujo y el color que tenga.
Para complementar tarjetas (aunque ya dejan de ser realmente arte de tarjetería española) para niños, adolescentes o celebraciones importantes... hay muchos recursos: el tradicional cromo con el que jugábamos de pequeñas con muchos temas y que resultan económicos, los stikers que se venden en los chinos aunque son más finos en tiendas o en grandes almacenes (de bebés, deportes, temas para jovencitas, animales, cumpleaños, navidad...), cintas de colores, campanitas, perlas de todo tipo, cascabeles, cordones dorados... aquí la originalidad y la imaginación son los protagonistas.

UTENSILIOS Y ALMOHADILLAS

Los utensilios
Antes que nada definir lo que es repujar: es dar volumen al papel colocándolo sobre una superficie blanda que ceda ante la presión de un repujador, el papel ha de ponerse al revés de donde está dibujado el patrón. El resultado es la relevancia de pétalos, hojas, tallos... que se vuelven de color blanco por el derecho. Los repujadores son los útiles de repujar ¡lógico! Perforar es hacer agujeros y ¿se hacen con...?
Los útiles los hay de varias marcas, todas ellas caras. Han multiplicado el instrumental hasta el infinito y cada año sacan novedades. Algunas personas se limitan a usar prácticamente lo mismo que se usaba en los conventos, cinco o seis instrumentos; otras están a la última y le hacen juego a las empresas comprando todo lo que sale y presumiendo de tenerlo. Hay algunos que se usan tan raramente que no merece la pena comprarlos.
Los repujadores casi siempre se usan por detrás del papel para darle relieve por delante: hay uno acabado en punta fina para marcar las líneas de los dibujos y rellenar los espacios muy pequeños. Los hay terminados en una bola de diferente tamaño y que se utilizan dependiendo del tamaño de aquello que se va a repujar: bolita, bola mediana, bola gorda, y supergorda. Esta última para espacios grandes. Hay esfumadores o sombreadores que consisten en una especie de clip de diferente anchura cuya misión es la misma que los anteriores aunque el efecto es distinto. Está el llamado palo de hockey, el más versátil. Llegar a saber usar bien todo esto es cuestión de tiempo y de ingenio. Al principio agobia bastante ver cómo tus pétalos, tus hojas,... no se parecen en nada a los modelos. Con el tiempo y los trucos que se van aprendiendo en los libros, a través de personas o por ti misma se acaba repujando bien y los trabajos son de gran belleza. Se pueden usar distintos movimientos para repujar, pero el más frecuente es el de rayar el papel como si estuvieras encendiendo una cerilla o repujando con cierta intensidad en círculos para producir una sombra leve; hay que ir dando vuelta al papel a medida que se van repujando los elementos, principalmente si están dispuestos en forma circular como los pétalos de las flores, o en dos direcciones como las sombras de las hojas... Con los repujadores de bola no es recomendable hacer como cuando se escribe o se pasa el repujador fino del todo.
Cuando se usa por el derecho es para dar profundidad, por ejemplo en pétalos que hacen cuenco, interior de campanitas navideñas, revés de las hojas si se ve... o los nervios de las hojas y rayitas de los petalos. Para repujar por delante nohay que olvidar poner encima del papel un plástico celofán para evitar que salgan brillos.
También tienen efecto repujador los llamados de estrella que los hay de dos o tres tamaños dependiendo de la marca. Se pueden usar individualmente o combinar entre ellos aunque el pequeño es el más utilizado.
Pergamano tiene un libro de Kannikar S. fabuloso para aprender a repujar pero está en inglés; si lo queréis al menos en francés meteor en la página de Pergamano y preguntad en el foro. También existe un DVD (volumen 1) que ilustra el libro; está muy bien.
Perforadores:
- De una punta: se usaba para picotear el contorno de la tarjeta y separarla del resto que sobraba. Pinchando de forma regular alrededor de modo que cada agujero quede muy cerca del anterior y sea fácil cortar a mano. Actualmente se usa principalmente por detrás para hacer relieve a distintos elementos picando muchas veces de tal manera que por el derecho se ven pequeñísimos volcanes que hay que repujar suavemente con la bola gordita para cerrarlos y evitar que se vea a través de ellos; también hay que repujar con la misma bola (o la que corresponda) por detrás para volver blanco el motivo. Esto mismo se puede hacer con el perforador de una aguja pero más gruesa y sin hacer agujeros al papel, de modo que lo que queda es un repujado a base de puntos blancos acumulados. El perforador de una aguja sustituye a todos los demás, aunque, lógicamente, se ve más artesano el trabajo por la irregularidad que pueda darse. Los perforadores de otras formas hacen un picado perfecto y más rápido. Este perforador también se utiliza con la rejilla de agujeritos pequeños.
Los siguientes perforadores se utilizan casi exclusivamente por el derecho, salvo los casos en que las artistas quieran hacer algo novedoso.
- De dos agujeros: para recortar la tarjeta de lo que sobra y para el ahuecado de algunas partes interiores. Se pica siempre por fuera de la raya y metiendo una de las agujas por el último agujero que se hizo, así la distancia entre uno y otro es exactamente igual y al cortarlo con la tijera queda perfecto.
- De tres agujeros: no es un perforador imprescindible porque lo mismo puede hacerse con el perforador de una aguja. Al picar se forma un triangulito que normalmente hay que repujar en el centro y después volver a meter el perforador y mover ligeramente a los lados para agrandar los agujeritos que entonces ya no aparecen redondos, sino como una coma. El efecto es muy bonito. También se pueden hacer pequeños semicírculos rodeando los agujeritos.
- De cuatro agujeros: al picar se forma un cuadradito que normalmente es para cortar con tijera y se forma una crucecita preciosa y muy artística. Los principiantes se vuelven locos cuando les sale bien por vez primera, porque tiene su aquello... Hacer varias picadas seguidas con este perforador, pinchando siempre en los dos últimos agujeritos hechos forma rectángulos de diferentes largos. Hay un perforador de cuatro agujas en forma de rombo y se usa bien poco. Yo no lo tengo, ni ganas tampoco.
- De cinco agujeros: con la misma disposición que los cinco puntos de un dado. Sale un poco más grande que el cuadradito anterior y normalmente es para repujar el centro con la bola mediana o grande y posteriormente también se vuelve a meter por el picado hecho para moverlo suavemente y hacer los agujeritos de las esquinas como comas.
- Semicírculo: varias agujas dispuestas de esa manera. Los efectos de este perforador son muy variados y muy llamativos pues tiene muchas posibilidades: conchitas, semicírculos rellenos, la estrella dentro del semicírculo...
- Semicuadrado: puedo decir lo mismo que con el anterior, es un triángulo que al hacerlo doble se convierte en cuadrado; tiene muchas posibilidades.
- Perforadores con formas: media estrella, florecita, corazón, ángulo recto, estrella, cruz grande, gota, media luna, almendra, la S... son caprichos por decirlo de algún modo. Algunos patrones los usan pero más raramente y pueden ser sustituidos por el perforador de una punta. Además son muy caros.
- Los perforadores usados para las rejillas son el redondo, el cuadrado y el triangular. Son más gruesos y el útimo se una apenas..


La tijera: este es un elemento importantísimo y de su buen uso depende la belleza de una tarjeta. Las crucecitas, muchos elementos de picado y los bordes del terminado se trabajan con este instrumento. No es una tijera al uso, son especiales porque las hojas son muy finas y las puntas también, pues deben introducirse por los agujeros de las perforaciones hechas con los perforadores, que son muy pequeños. La forma de cogerlas asusta a los que empiezan, ya que hay que meter por arriba los dedos índice y corazón y dejar la curva de las hojas hacia abajo para poder meter las puntas en los agujeritos perforados. Es difícil al principio pero es de los pasos que más les gusta a las aficionadas. Una vez enganchados los agujeritos hay que hacer un movimiento de corte rápido y con cierta presión hacia abajo, de tal modo que el efecto es una puntita triangular en el papel cada vez que corta. Este triangulito siempre apunta al artesano.
Para el cortado de las crucecitas hay que dar un cuarto de vuelta al papel cada vez que se corta un o de los lados, si no los piquitos no salen.
Hay otro utensilio para cortar que no es la tijera, sino una especie de pinzas cortantes, es muy práctico también, mejor que la tijera, pero sobre gustos no hay nada escrito.
Ha quien corta las crucecitas con cutter: es una barbaridad y es imposible que salgan bien, porque serán cortes pero no una crucecita hueca.
El instrumental hay que cuidarlo con mimo porque es delicado y se deteriora mucho si se cae de punta, sean perforadores, repujadores y sobre todo la tijera. Un instrumento despuntado o abollado se hace inservible. Por eso es preciso colocar el capuchón a todos los que lo tengan una vez terminado su uso. Si el instrumental es cilíndrico es bueno disponer de un recipiente para introducirlo y no dejarlo sobre la mesa donde puede rodar y caer al suelo (yo me hago mis propios portalápices cortando con un cútter las botellas de plástico de gel o champú que tengan suficiente base); también les pongo ese tubo de goma que tienen algunos bolígrafos (se los pido a mis alumnos cuando se les acaba la tinta).
Es importante también tener un cutter de precisión para cortar las tarjetas que no están acabadas con aguja, sino solamente cortadas.


Bases usadas para repujar y perforar:
Antes que nada decir que se hace imprescindible una base para trabajar y sobre ella poner la base de calcado, repujado, picado y que sirva para cortar sobre ella la tarjeta con el cutter, por tanto que cicatrice los cortes.
Para el repujado hay varias bases en el mercado. Son de varios tamaños (A5, A4) y flexibilidad; para los principiantes es mejor una almohadilla dura, por ejemplo la azul de Pergamano; los aventajados se valen de cualquiera porque ya tienen interiorizados los movimientos y la presión que deben ejercer dependiendo del papel y la almohadilla, sin embargo la negra de Pergamano es ideal. No resulta cara porque dura una eternidad: yo todavía tengo la primera que compré. La base más acolchada es para repujado de sombreado más complejo y se ejerce menos presión y la parte menos acolchada para el resto del repujado macizo; yo uso esta casi siempre.
Para el picado hay unas almohadillas hechas de guata, pero tienen el inconveniente de que si no se tiene cuidado pueden arrugar el papel al presionar para picar. Yo utilizo una plancha de corcho de 7 mm. aunque también lo hay de 1 cm que sería mejor. Tiene la ventaja de que es más rígido y nunca se arrugará el papel. Es barato aunque hay que reponerlo porque de tanto picarlo se ablanda y cuando empieza a soltar partículas del corcho es mejor cambiarlo. En el mercado hay también una plancha como de goma de foam negra suficientemente gruesa bastante práctica.
Para cortar con la tijerita existen también una alfombras estrechas que sirven para evitar cortarte el índice de la mano izquierda que es donde se apoya la tarjeta cuando se está usando la tijera. Yo no la veo práctica porque es importante el tacto a la hora de cortar y el índice lo tengo ya domesticado y con un callo. De todos modos, cuando el papel es bastante grueso es conveniente usar esta alfombrilla porque al cortar sin ella se producen una muesquitas blancas un tanto antiestéticas que solo vemos las personas superperfeccionistas. La alfombra negra estrecha es más rígida que la negra de foam y se puede colocar sobre ella para picar en profundidad.


Las rejillas: no son imprescindibles pero ayudan. Sirven para crear cenefas inventadas o para dar determinado aspecto a un espació suficientemente grande. Para ellas hay tres perforadores: los que producen un perforado redondo, los que lo hacen cuadrado y también triangular. Esta rejilla es como un cedazo de harina y tiene dos modelos, uno normal y otro fino. Es un instrumento útil que a las personas creativas puede darles mucho juego.
Hay otras rejillas como una plancha de aluminio con agujeros en horizontal o en diagonal; se les puede sacar mucho partido porque las posibilidades son infinitas, sin embargo a mí me parecen muy artificiales las tarjetas que se hacen con ellas. Se necesita mucha práctica para no equivocarse porque los agujeritos son muy pequeños y el perforador se mete por menos de nada en el agujero que no toca...
Luego hay plantillas con dibujos determinados: bebés, navidad, cenefas... Son prácticas y caras. No es fácil usarlas y al principio duelen los dedos y la muñeca.
La marca Pergamano tiene muchos elementos de trabajo más o menos útiles dependiendo de la creatividad de cada uno.

jueves, 14 de enero de 2010

EL PROCESO DE ELABORACIÓN

El calcado de la tarjeta

Una buena costumbre es lavarse las manos antes de comenzar cualquier trabajo de tarjetería pues el papel es delicado y se mancha con cierta facilidad, especialmente cuando las manos están sudorosas. En caso de que te salga alguna mancha grasienta se quita fácilmente con polvos de talco, como toda la vida. Otro tipo de suciedad se puede borrar: pinturas de cera, lápices de colores... Con la tinta, pintura, rotuladores... no hay nada que hacer.

Lo primero que hay que tener es un patrón o bien ser muy creativa e inventar cada vez una tarjeta nueva. Lo normal es el modelo porque si no estás jubilada, como es mi caso, no hay tiempo para originalidades aunque es lo ideal. El patrón es de un libro o revista de tarjetería o bien te lo deja tu amiga o lo bajas de internet donde hay muchas paginas que los ofrecen gratis. En el patrón aparece un dibujo, cenefas con picado y repujado...

Se corta un trozo de papel el doble de ancho o largo (dependiendo de la dirección de la tarjeta: horizontal, vertical) y un centímetro más por cada lado para dejar espacio a la hora de recortar el sobrante (¡cuidado de no dibujar en la cara que no es porque luego el doblez de la tarjeta queda al lado contrario de lo que es normal!) . Se coloca bien sobre el patrón fijando en dos o tres sitios fixo invisible que sujeta pero no pega y se puede quitar después sin romper el papel vegetal ni mancharlo. En todo momento el papel debe estar bien sujeto pero que las manos lo toquen lo menos posible; si se tiene tendencia a sudar es bueno poner un folio debajo de la mano que calca, pinta o repuja.

Hay tarjetistas tan avezadas que son capaces de distinguir las dos caras del papel pergamino: una de ellas es siempre de superficie más fina y la otra un poquito más rugosa. La verdad es que es muy difícil averguarlo en el papel que yo uso, pero sí noto una ligera diferencia si me lo paso por la parte superior de los labios. ¿Que para qué hay que distinguir las caras? Para dibujar el patrón en la cara más rugosa y dejar la fina por detrás y facilitar el repujado.

Si la tarjeta es en blanco del todo se calca con plumilla y tinta blanca o con bolígrafo blanco para las torpes o las que tienen poco pulso, cuando lo que hay que hacer es solo repujar sin colorear es mejor dibujar con lápiz de color blanco y eliminarlo al final con goma de borrar blanda o con un bastoncillo humedecido. Si la tarjeta tiene colores no usemos la tinta blanca porque estropeamos el dibujo, a no ser que lo digan las propias instrucciones o se quiera dar un toque especial; lo mejor es darle color desde el principio teniendo delante el modelo elaborado del libro y con la técnica que nos recomiende en las instrucciones o si conocemos alguna que nos gusta especialmente y sabemos aplicarla bien pues ¡adelante!

Hay que tener en cuenta que hay técnicas en las que el coloreado se hace por la parte de atrás: ceras, rotuladores... Si este es el caso es preciso despegar el papel una vez calcado el dibujo para darle la cera por detrás SIEMPRE ANTES de hacer cualquier picado, de lo contrario la cera se queda pegada en las protuberancias o huecos que deja el picado y luego es casi imposible quitarlo. Posteriormente se pica lo que se precise usando los perforadores adecuados. En algunos manuales de tarjetería y en las instrucciones de algunas tarjetas recomienda un leve picado al calcar el patrón y más tarde, cuando ya se va en procesos posteriores se pide volver a picar en profundidad: a mí me ha ido bien hasta ahora picando a fondo desde el principio.
El repujado
Se coloca el papel pergamino sobre la alfombrilla de repujar con el dibujo en contacto con ella. Cuando la tarjeta es toda entera en blanco y estamos aprendiendo, lo mejor es repujar todas las líneas externas con el repujador más fino, pasándolo como si fuera un bolígrafo y apretando lo justo para que quede un poquito de relieve por el derecho y no se rompa el papel. Se debe hacer despacio para que se haga justo sobre la línea hecha con la tinta, de otro modo se acabarán viendo dos líneas, una del dibujo y otra del repujado que no coinciden. El repujador debe colocarse casi derecho del todo. Para las líneas rectas del marco de las tarjetas es recomendable usar regla; la línea central que divide la parte de delante de la de atrás mejor no hacerla con tinta sino con lápiz blanco y no apretar excesivamente al repujar porque puede romperse el papel al doblarla.
¡TRUCO!: Cuando el repujador produce dentera al pasarlo por el papel o no hay modo de que corra bien se pasa la punta o la bolita por la cera de una vela, si es de cera de abeja mejor, pero vale de parafina; ¡ya verás la diferencia! Por supuesto durante el repujado la velita es un material imprescindible.
Llegar a repujar bien del todo puede costar años, sobretodo si cogemos malos hábitos desde el principio. Se puede aprender viendo con detenimiento el repujado de las tarjetas de los libros o patrones que compramos pero ¡ATENCIÓN: NO SIEMPRE ESTÁN BIEN HECHOS! En los libros de instrucciones apenas explican nada, salvo uno de Kannikar Sukseree, The art of embossing, pero está en inglés (yo he conseguido la traducción en francés) donde tiene muchas explicaciones y muchas fotos con ejemplos. Esta autora es una genia trabajando el papel vegetal (¡qué envidia!). Ha sacado un DVD (1ª parte) donde se explica en inglés pero se ve perfectamente y se entiende sin palabras; es una joya. Lo recomiendo.
Cada uno de los repujadores que existen está para un tipo de repujado. Para los aprendices baste saber que los de bolita pequeña son para rellenar espacios muy pequeños o finos, la mediana para espacios un poco más grandes o sombrear bordes, la grande para espacios mas extensos y bordes de espacios grandes y la superbola para sombrear superficies grandes como tejados. montañas, suelo, superficies esféricas... De todos modo la experiencia y la suerte de poder tener una profesora o alguien que te enseñe correctamente son claves. En el repujado, como en todos los demás procesos, no podemos contentarnos con cualquier cosa, aunque nos parezca maravilloso porque lo hemos hecho nosotras. Está también el stick de jockey que es estupendo para los que van perfeccionándose en el repujado y lo que quieren son obras de arte. Es para superficies más amplias y se juega con la gradación en la presión ejercida sobre el papel: suave, más fuerte, más aún recurriendo al final a un repujador que dé blancura total al papel en la zona más luminosa.
El repujado de sombras hay que hacerlo como si estuviéramos encendiendo un fósforo, es la única manera de que queden los finales desiguales , pues si quedan en línea recta los sombreados están francamente antinaturales. Hay que tener en cuenta desde dónde quieres que le dé la luz a ese objeto representado y hay que darle la sombra con naturalidad sin colocarla en lugares contradictorios respecto a otros ya repujados.
A más presión, más blanco el papel. Los lugares no repujados son los oscuros, los que no tienen luz... los más profundos. Si hay que repujar por delante (pétalos que hacen cuenco, envés de las hojas...) es mejor utilizar un papel celofán transparente entre el papel pergamino y el repujador para que no salgan brillos. Un repujado con demasiada presión sobre el papel puede producir abombamientos irregulares en superficies más grandes y no queda bonito, un modo de arreglarlo es repujar un poco justo donde empieza el abombamiento para darle el mismo nivel que la parte de al lado.
A veces hay dibujos que precisan una determinada textura final y es que usa los repujadores de forma menos convencional: plumas de aves, lana de ovejitas,... es cuestión de ver la tarjetas modelo y practicar en un resto de papel hasta que salga lo más parecido posible.
Es difícil arreglar una tarjeta que se ha roto en algún sitio por haber apretado desmasiado durante el repujado: puede servir la cola blanca por detrás o un papelito pegado por detrás con cola pero no deja de ser una chapuza, de modo que o eres creativa y aprovechas la tarjeta aplicándole otra técnica que elimine el desaguisado o mejor la rompes y la escondes en el rincón más oscuro: la tarjetería no es compatible con "cualquier cosa".
¡TRUCO! Aprovecho para decir que toda tarjeta en la que se haya hecho un estropicio es reciclable: o el marco o el dibujo, o ambas cosas,... nunca he tenido que eliminar una tarjeta por un fallo técnico durante el proceso de elaboración: la he reformado, recortado algo, añadido elementos 3D. Es cuestión de creatividad e ingenio.

miércoles, 13 de enero de 2010

YA SON TRES CURSOS DE TARJETERIA CON UN TOTAL DE 20 ALUMNAS




















































COSAS DE MIS ALUMNAS



Se van aplicando mucho ellas; terminarán siendo mejores que yo y eso es un honor para mí. Tienen mucha ilusión y poco a poco van alcanzando un nivel envidiable. Las dos primeras son de Ana y las otras dos de Kety.

SEGUIMOS CON EL PROCESO DE ELABORACIÓN

El perforado

A mí me encanta el perforado porque me recuerda que tendré que cortar después y esto es lo más. Dependiendo de la perfección del perforado así será el cortado posteriormente. Para perforar se utilizan los perforadores arriba fotografiados. Hay muchos más que ya iré poniendo poco a poco. El uso de los perforadores es más sencillo que el de los repujadores pues tan solo consiste en hacer coincidir las agujas con los puntitos del patrón: ¿así de fácil? Pues va a ser que no. Primero hay que tener una buena base: un corcho gordito como de un centímetro o una plancha de algún tipo de goma de los que se comercializan, vale una plancha de guata... lo bueno es que el papel no acabe arrugándose al perforarlo pues lo afearía de mala manera. Otro requisito es perforar hasta el fondo para que las puntas de la tijera entren bien al cortar; necesariamente hay que perforar con el utensilio completamente vertical... Por supuesto: que los puntitos del patrón sean todos atravesados perfectamente por las agujas. ¡CUIDADO CON ALGUNOS PERFORADORES QUE AL PICAR DEJAN SEÑALES DE REPUJADO Y AFEAN MUCHÍSIMO EL TRABJO: especialmente el semicírculo, el semicuadrado y algún otro!

A veces los perforadores están ásperos y atraviesan mal el papel, no estaría de más pasarlos por la cera de la vela o la parafina. Si se lleva mucho tiempo sin trabajar y las agujas han cogido herrumbre viene bien mojarlos en aceite corporal de cualquier marca y aguardar un rato para limpiarlo y clavarlo con cuidado varias veces en la base de trabajo que tengamos o pasarle una lima pequeña por la zona oxidada.

Adornos bonitos con los perforadores: con el de una aguja se hace stippling, en español puede traducirse como punteado y el efecto es como de copitos de nieve. En teoría consiste simplemente en picar por detrás con la aguja, pero realmente la práctica te hace ser más perfeccionista y yo lo hago de la siguiente manera: repujo levemente la parte que vaya a puntear, punteo solo con la punta de la aguja sin hacer un agujero gordito sino pequeñito; luego le doy la vuelta y con el repujador más grueso aplasto suavemente las montañitas que se han formado al picar y vuelvo a repujar por detrás suavemente. Recomendaciones para principiantes: no piquéis en línea recta o casi recta porque al repujar después se rompe, picad lo mas irregularmente posible, evitad picar en las rayas de tinta blanca especialmente si luego hay que recortar justo por ellas. Es una de las técnicas que más se tarda en hacer bien.

Con el perforador de tres picos: pica en los bordes de la tarjetas o de forma salteada en algún sitio, luego repuja en el centro mismo del triangulito que forma, vuelve a meter por el derecho el perforador y muévelo en redondo hacia un lado y otro para agrandar un poco los agujeros; el efecto es bonito. Otra técnica similar se hace con el de cinco agujas de dado y cinco agujas en círculo.

El perforador de semicírculo es una gozada: se hacen como conchitas, empanadillitas, solapitas y mil cosas más que puedes inventarte sobre la marcha y combinándolo con otros utensilios. Le pasa lo mismo al semicuadrado, este da mucho juego y los bordes de las tarjetas quedan divinos cuando tienes la paciencia de rellenar los espacios con cientos de bolitas: se gana el cielo, os lo aseguro.

Os pongo unas fotos de esto que os he contado, pero me gustaría que me mostrarais vosotras algunas de vuestras técnicas y así sabremos más todavía:

DEMOSTRACIONES DE PERFORADO

MÁS SOBRE EL PROCESO DE ELABORACIÓN

EL RECORTADO
Bueno, pues llegó la tijera. A mí es lo que más me gusta. La verdad es que coger la tijera cuesta un tanto y cuando ves por primera vez cómo hay que usarla lo que se te ocurre es decir: "¡imposible!"; simplemente es cuestión de práctica y es que no hay otro modo de hacerlo más fácil. Cuando ya has aprendido es coser y cantar. La tijera es especial y no sirve una de costura o manicura pues las hojas son superfinas para poder entrar en los agujeritos que hacen los perforadores.
Se introducen las puntas de la tijera, que ha de estar con la curvatura hacia abajo, por los dos agujeros más próximos entre sí y se corta limpiamente de un solo golpecito de fuerza y con la tijera lo más horizontal posible respecto al papel. Cuando está bien hecho el resultado son unos piquitos regulares alrededor de la tarjeta o en el interior en los huecos dejados por las filigranas que queramos hacer. Los principiantes tienen dificultades a la hora de decidir en qué lado del picado van a cortar; es fácil: en el contorno de las tarjetas las puntitas tienen que mirar hacia el exterior y en el caso de las filigranas el piquito resultante tiene que apuntar siempre al hueco que deja el picado y en otros casos produciéndose pequeñas crucecitas que han de estar perfectamente.
Yo apoyo la tarjeta sobre el dedo índice de la mano izquierda mientras corto con la derecha. Esto al principio es complicado porque con la punta de la tijera te puedes cortar, pero cuando se coge costumbre se sabe bien la fuerza que hay que hacer tanto para cortar como para coger la tarjeta, de modo que no hay problema. Sí es cierto que de tanto cortar encima de la yema del índice te sale un callo y siempre tienes el dedo despellejado. Otras personas utilizan una alfombrilla negra donde apoyar la tarjeta y cortan sobre ella, pero a mí esto me resulta menos preciso porque me falta el tacto que me ayuda a imprimir la fuerza necesaria a cada acción.
El cuidado de la tijera ha de ser grande pues se despunta fácilmente si se cae. Si hace mucho tiempo que tienes la tijera, las hojas se van desgastando, les sale unas muesquitas por la cara interior de las hojas y es preciso cambiar de tijera porque los cortes ya no salen igual. A veces la tijera se afloja y hay que apretarle el tornillito central, esto es mejor que lo haga un afilador advirtiéndole que no es una tijera normal. Para afilarla es bueno cortar varias veces papel de alumnio.
Consejos: cuando dejes la tijera sobre la mesa procura siempre que la punta quede hacia arriba y no tocando la mesa. Si vas a ponerle cartulina tras la tarjeta o dentro y quieres hacerle los piquitos como al papel vegetal ¡cuidado con el grosor de la cartulina porque afloja la tijera! No la uses para otra cosa que el recortado tras el perforado, que para otros usos tienes la grande.

MÁS TARJETAS





                         

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MIL POSIBILIDADES DE PINTAR

El dibujo y la pintura son, posiblemente, lo más difícil de una tarjeta y para muchas entusiastas de este hobby es lo que peor se les da: yo también me meto en este grupo. Es de suponer, por tanto, que nadie piensa que soy especialista en esto, ¡para nada! ¿eh? No me sale mal del todo, incluso a veces, podríamos decir que me queda mono, pero de ahí a concluir que "qué arte tengo" pues va a ser que no...
Primero decir que hay muchas posibilidades para el dibujo y la pintura en cuanto materiales y también en motivos, que éstos se pueden sustituir en ocasiones por otros elementos externos elaborados personalmente o comprados en el mercado: stickers,cromos, postales, pegatinas,... pero lo más artístico y artesanal es pintar el motivo una misma. ¿Cómo?
Cuando se empieza lo normal es calcar en blanco el dibujo y luego colorearlo, pero cuando vas aprendiendo es mejor usar directamente las tintas, los lápices, los rotuladores directamente sobre el patrón y prescindir del blanco que no queda bonito una vez coloreado, salvo excepciones.
En las fotos que os pongo veis cantidad de material para pintar y colorear.
- Los rotuladores superfinos sustituyen a la tinta con plumilla pero no tienen tanta variedad: son muy fáciles de usar y la línea tan fina queda muy bien.
- Las tintas de colores con plumilla se pueden mezclar con otros colores para tener mezclas, para aclararlo u oscurecerlo, para crear matices. También se pueden utilizar con pinceles de distinto grosor; no hace falta decir que para los dibujos de tarjetería tienen que ser pinceles no muy gruesos y paletinas estrechas. También se pueden usar por detrás de la tarjeta y queda un color más desvaído, parecido a pastel.
- Los lápices de colores de toda la vida, los de madera, si se aprende a usar mezclándolos resultan fenomenales; si son acuarelables dan efecto de estar pintado con acuarela. Estos colores tienen la suerte de que si te sale mal se pueden borrar, los acuarelables hay que esperar a que se sequen para borrarlos porque se puede romper el papel.
El modo es sencillo: para los perfiles es mejor hacerlo al final del coloreado y mojando la punta del lápiz de color bien afilado o bien en una paleta poner una gota de agua o de aceite jonhson y mojar el lápiz moviéndolo hasta que la gota se haga del color del lápiz, luego se moja el pincel y se colorea. También se puede colorear con los lápices acuarelables como si no lo fueran y al terminar se le pasa al dibujo el pincel humedecido, pero ¡cuidado! no puede estar empapado porque se arruga el papel y encima se pierde el color. Lo mejor es practicar en restos de papel vegetal. Os recuerdo que si el dibujo se colorea por delante, una vez repujado solo se nota el relieve pero no queda blanco. En cambio, cuando se colorea por detrás y se repuja después se nota perfectamente ese repujado y se pierde el color de detrás.
- Los rotuladores normales o gruesos: sirven para colorear tanto por delante como por detrás, pero por delante quedan demasiado fuertes y está bien para tarjetas de niños o adolescentes que les gusten los colores chillones. Es mejor colorear por detrás y así cuando se repuje quedan las sombras en blanco por delante. Quedan realmente bonitos, principalmente si los colores son claros o no muy oscuros. En la marca Stabilo hay colores pastel muy bonitos y suaves para colorear por delante. Cuidado con los rotuladores que son muy traicioneros: un roce mínimo mientras aún están húmedos (que es mucho tiempo porque el papel vegetal no absorbe tanto líquido) puede correr el color por todos los sitios y afea mucho la tarjeta; es mejor colorear a mano alzada o poner un papel sobre los coloreados y procurar no moverlo para nada.
Si dispones de dos o tres tonos de un color no dudes en usarlos todos para dar impresión de luz con la gradación: simplemente se colorean partes pequeñas de un color, el siguiente tono encima de ese y ocupando otra parte y finalmente el más claro la última parte también pasando por encima de los anteriores. Los rotuladores gruesos se pueden usar también con los pinceles mojando estos directamente en el color y luego pintando sobre el papel.
Para dar color al papel, tanto por delante como por detrás también pueden usarse cosméticos: sombras de ojos, maquillajes en polvo, pintaúñas, pintalabios, añil... pero hay que probar siempre a ver cómo queda porque no todos tienen los mismos efectos.
- Los lápices de cera son la repera porque con ellos puedes teñir el papel. Se hace siempre por detrás extendiendo bien el color y luego recogiéndolo con un trapo de algodón blanco (camisetas viejas por ejemplo). Si resulta difícil extender la cera pegada porque el lápiz era duro, mojar el trapo con un par de gotas de aceite jhonson y pasarlo por la extensión coloreada; igualmente si era muy blando, como las Manley, se quita bien solo con el trapo. Que no queden pegotes de cera, sino todo el color uniforme. Si se echa demasiado aceite se puede perder todo el color y te matas a trabajar para nada. Cuando se quiere teñir de un color muy oscuro sería bueno primero calcar el patrón y evitar siempre el picado hasta haber teñido el papel. Se pueden borrar fácilmente, lo que es una suerte porque puede haber zonas del dibujo que sean en papel color natural. Es bueno dejarlo unas horas antes de trabajarlo para que el papel coja el color ya que si está muy fresco y se toca mucho para cualquier trabajo se pierde bastante y queda como a parches.

Hay varias técnicas popularizadas en Europa (droge y one strocke) que son muy prácticas de aprender. La de one strocke podéis verla en youtube buscando palabras como painting roses, one strocke... hay muchos vídeos muy ilustrativos y fáciles de entender viendo cómo lo hacen. Suelen estar en inglés. Hay un libro de Kannikar expresamente de esa técnica pero también está en inglés y hay una traducción en francés.

ALGUNOS MATERIALES PARA COLOREAR Y PINTAR